Por su ubicación, Chipre es una nación que se ha visto históricamente implicada en varios conflictos étnicos, como en el que se ve sumida desde 1974 por la división entre las comunidades afines a Grecia y a Turquía. Esta república presidencialista está gobernada desde febrero de 2023 por el independiente Nikos Christodoulides, que ejerce tanto de jefe de Estado como de Gobierno.
1974: REPÚBLICA TURCA DEL NORTE DE CHIPRE
En 1974, Turquía lanzó la Operación de Mantenimiento de la Paz en Chipre, una intervención militar a gran escala para proteger a los turcochipriotas de la violencia que asolaba la isla. Esta operación se lanzó bajo el pretexto de un golpe de estado respaldado por Grecia con el objetivo de anexionar el país y expandir sus fronteras en el Mediterráneo.
En el contexto de esta operación, el ejército turco ocupó la parte norte de la isla en beneficio de la comunidad turcochipriota, estableciendo la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre y declarando su independencia de forma unilateral. Esta entidad es únicamente reconocida internacionalmente por Turquía, con la que ha establecido relaciones diplomáticas.
Por su lado, los grecochipriotas reclaman el retorno al norte de las cerca de 160.000 personas que tuvieron que huir al sur en 1974, así como el retorno de la localidad de Mórfu, a lo que los líderes turcochipriotas se oponen. A pesar de las negociaciones para la reunificación del país, ambas partes retroceden siempre que, tras largas negociaciones, se atisba una solución al conflicto. Es importante mencionar que aunque Chipre se adhirió a la UE como una isla dividida de facto, toda su superficie es territorio de la UE.
IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL
El conflicto de Chipre ha tenido un impacto significativo en las relaciones entre Grecia y Turquía, dos países que han estado enfrentados por diversas disputas territoriales. Una de las principales disputas tiene que ver con la delimitación de Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) en el Mediterráneo oriental, donde se descubrió la existencia de yacimientos de gas natural.
En 2010, se reveló la existencia de más de tres billones de metros cúbicos de gas y 1.700 millones de barriles de petróleo en el Mediterráneo oriental. Este hallazgo provocó una nueva disputa territorial entre Grecia y Turquía por el control de las reservas. En respuesta a las perforaciones exploratorias y estudios sísmicos realizados por Turquía en aguas chipriotas, la Unión Europea sancionó a Turquía deteniendo las conversaciones bilaterales de alto nivel y reduciendo 145,8 millones de euros en fondos de preacceso a la UE del país.
Además, Turquía exige que Grecia retire sus fuerzas armadas de las islas del Dodecaneso y del Egeo oriental, que Atenas afirma que militarizó para proteger la soberanía de Chipre amenazada por los turcos.
Las tensiones entre estos países se ven disminuidas y templadas debido a que ambos forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Se trata de un conflicto congelado en el tiempo con repuntes que afectan negativamente a los países del entorno y las relaciones de Turquía con entes internacionales como la Unión Europea, de la que Chipre forma parte desde 2004.
El conflicto en Chipre ha tenido un impacto significativo en su economía. La invasión militar de 1974 no solo causó pérdidas humanas y materiales, sino que trastocó por completo la vida como se conocía en esta República y originó una crisis de repercusiones internacionales. Durante los primeros cinco años de adhesión a la UE, la economía chipriota creció a una tasa media del 4%, y el desempleo entre 2004 y 2008 fue del 4%. Sin embargo, la economía entró en recesión en 2009 con la crisis financiera mundial, y la escasa demanda afectó a los sectores del turismo y la construcción.
Además, la crisis económica de Chipre amenazó a la zona euro, pues se llegó a un acuerdo entre la Unión Europea y el Gobierno chipriota según el cual, a cambio de un crédito de 10.000 millones de euros, se cierra el Banco Laiki, el segundo de la isla, se reestructura el Banco de Chipre, el mayor prestamista, y se impone una pérdida sobre los depósitos bancarios de más de 100.000 euros, que puede llegar hasta un 40 %.
En el ámbito social, las consecuencias de este conflicto fueron y siguen siendo nefastas debido al rencor y el nacionalismo de estas comunidades que, separadas por alambradas, apenas conviven en la isla. La mayoría de la población autóctona grecochipriota (la cuarta parte de la población total) fue expulsada de la zona ocupada y unos 40.000 turcochipriotas huyeron a la zona norte de la isla como respuesta. Este suceso puede interpretarse como una limpieza étnica, con desplazamiento de poblaciones y abandono de domicilios y propiedades a ambos lados de la actual alambrada.
EL PAPEL DE LA ONU
La ONU ha desempeñado un papel importante en el conflicto de Chipre a través de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP). El Consejo de Seguridad estableció originalmente la UNFICYP en 1964 para prevenir nuevos enfrentamientos entre las comunidades grecochipriota y turcochipriota. Tras las hostilidades de 1974, el Consejo ha ordenado a la Fuerza de las Naciones Unidas que realice determinadas funciones adicionales.
En ausencia de una solución política al problema de Chipre, la UNFICYP ha permanecido en la isla para vigilar las líneas de alto el fuego, mantener una zona de amortiguación, llevar a cabo actividades humanitarias y apoyar la misión de buenos oficios del Secretario General. Además, la UNFICYP también se encarga de mantener “un clima pacífico dentro del cual se puede encontrar una solución justa y duradera a los problemas de Chipre”. Esto incluye tareas como reforzar los sectores correspondientes a otros contingentes extranjeros, operar con las fuerzas de esas nacionalidades y efectuar patrullas terrestres y aéreas en períodos de crisis o normalidad para verificar violaciones al statu-quo.