Suecia se ha convertido en los últimos años en un erial de violencia relacionada con las bandas criminales. Los ajustes de cuentas, tiroteos, explosiones y guerras territoriales se han convertido en un azote contra la seguridad ciudadana en Suecia. En respuesta a esto, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha anunciado que el ejército colaborará con la policía para contener esta ola de violencia.
SUECIA: UN ERIAL DE VIOLENCIA
En septiembre de 2023 se registraron once víctimas mortales, tres de las cuales murieron en un lapso de 24 horas. Las guerras entre bandas no se limitan ya a barrios periféricos, sino que se desarrollan en el centro de la capital, Estocolmo, o de otras grandes ciudades, como Malmö. Este problema no es puntual, pues en años anteriores se ha podido ver esta escalada de violencia que alcanzó su pico en 2022 con el registro de 391 tiroteos en distintos puntos del país, con un total de 62 víctimas mortales.
Suecia actualmente encabeza la lista de países con la mayor tasa de homicidios por armas de fuego en Europa, con 48 fallecidos a mediados de septiembre de 2023. Suecia presenta un índice de criminalidad de 48,14 y un índice de seguridad de 51,86, cifras preocupantes si tenemos presentes algunas otras estadísticas del entorno europeo:
- Francia. Índice de criminalidad: 54,56. Índice de seguridad: 45,44.
- Reino Unido. Índice de criminalidad: 46,94. Índice de seguridad: 53,06.
- Alemania. Índice de criminalidad: 38,04. Índice de seguridad: 61,96.
- España. Índice de criminalidad: 35,77. Índice de seguridad: 64,23.
Si bien se protegen los nombres de los líderes de las bandas criminales en Suecia por motivos de seguridad, la policía ha identificado a, al menos, una docena de bandas con 5.000 miembros. Una de las bandas más conocidas es Foxtrot, dirigida por Rawa Majid, nacido en Suecia pero de ascendencia kurda, que opera escondido en Turquía. Malmö cuenta también con una importante estructura criminal, además de la presencia por todo el país de Dödspatrullen (Patrulla de la muerte), que ha visto a varios de sus miembros condenados a cadena perpetua, además de haber podido condenar a uno de sus líderes por asesinato.
Actualmente, las bandas están reclutando adolescentes de distritos con altos índices de población de origen inmigrante por una serie de motivos fundamentados, como la falta de oportunidades y la crisis económica, que hacen que estos jóvenes perciban las organizaciones criminales como una alternativa al empleo. A esto se suman la influencia social y ambiental, pues los jóvenes son víctimas de su entorno social y buscan sentido de pertenencia, la inimputabilidad penal de los adolescentes en algunos países, así como la manipulación emocional que ejercen los líderes de estas bandas que se convierten en referentes afectivos para los jóvenes.
Las bandas criminales en Suecia tienen diversos orígenes, aunque existe un factor común, aunque no determinante: muchos miembros de estas bandas incluyen a extranjeros procedentes de, en su mayoría, los Balcanes, Oriente Próximo y el norte de África. La aceptación masiva de solicitudes de asilo desde 2015 pueden haber influido en el incremento de afluencia de personas de otras nacionalidades en estas bandas, la mayoría de ellas originadas en los 90 y a principios de los 2000, pudiendo ser las mismas organizaciones, herederas de estas o escisiones.
La mayoría de los actos violentos son fruto de venganzas o negocios ilegales, principalmente compraventa de drogas, que no satisfacen a alguna de las partes. Un número importante de los ocurridos durante el 2023 son parte de una guerra abierta entre Foxtrot y otra banda criminal liderada por un antiguo lugarteniente de la misma.
LA ACTUACIÓN DEL GOBIERNO SUECO
Las autoridades suecas están tomando varias medidas para combatir las bandas criminales, con el significativo aumento de agentes de policía en las zonas afectadas por los actos violentos, con una suma de 3.000 nuevos efectivos al cuerpo policial, que se verá apoyado por el ejército. Este proporcionará asistencia de análisis y logística, además de manejo de explosivos y trabajo forense. Paralelamente, el plan de intervención policial incluye la mejora de la cooperación internacional, trabajando en conjunto con los gobiernos y fuerzas de seguridad de Noruega, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Francia y los Estados Unidos para frenar el crimen organizado transnacional.
Con respecto a la problemática de la captación de adolescentes e inmigrantes por parte de las bandas criminales, el gobierno está invirtiendo en programas de prevención para el fomento de la integración, la reducción de la desigualdad y la creación de oportunidades para los jóvenes. Además, se está promoviendo una actualización de leyes para permitir una mayor participación militar en labores de seguridad, así como un incremento de las condenas de prisión para ciudadanos suecos involucrados en estas bandas y la deportación para aquellos de otras nacionalidades que formen parte de las mismas.
Según una encuesta de Novus, la criminalidad preocupa al 54% de los suecos, lo que la coloca en su segundo tema de interés tras la sanidad. Ulf Kristersson ha descrito esta violencia mortal como “la otra pandemia de Suecia” y ha afirmado que las bandas son como los «terroristas domésticos de Suecia».